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No tengo prisa

14 julio, 2020

¿Y cómo te encuentras? Me preguntan. Mi respuesta: “Cada día mejor, con menos dolor”. ¿Y de cabeza? Esta es la siguiente cuestión que suele venir de la mano de la primera. Mi contestación: “Lo cierto, es que siento que muy bien”.

Hace un año los fuertes dolores en mi rodilla me obligaron a parar de correr. Tras meses de reposo y trabajo, mi rodilla me decía que podía volver (desde que me operaron a los 17 años del ligamento cruzado anterior, LCA, y ambos meniscos de esta misma rodilla, la derecha, han sido muchas las idas y venidas). Ahora, prácticamente un año después de ese parón, hoy hace 11 días que mi querida rodilla salió de quirófano tras someterse a la sutura del menisco externo y la reconstrucción del LCA con una plastia externa de un tendón de Aquiles proveniente de un cadáver. Aquí me encuentro, escribiendo estas líneas en la cama y con la pierna derecha inmovilizada.

No tengo prisa por volver a correr, ni tampoco por recuperarme. Solo estoy siendo realista y no quiero volver a caer en el mismo error tras mi primera intervención. Sé que en aquel entonces empecé a poder practicar deporte, como es el caso de correr, a los seis meses, y subrayo: empezar. Pero cuando hablo de esto, hago un viaje a mis meses de rehabilitación y fueron escasos, sumados a las pocas ganas de trabajo por mi parte.

Ahora

Ahora es ahora y lo que sé es que me siento fuerte para superar cada pequeño reto que me está presentando esta recuperación. Ahora sigo sin poder flexionar la rodilla, pues la sutura del menisco me ha obligado a tener la pierna inmovilizada durante tres- cuatro semanas (el traumatólogo dirá, pero estoy a punto de completar mi segunda 🙂 ), pero veo pequeños avances. Ya puedo dormir por las noches, mi dosis de calmantes se ha reducido de dos a una pastilla por toma, ya puedo hacer uso de la electroestimulación al no tener el vendaje y empiezo a aguantar más tiempo los ejercicios isométricos. La rodilla sigue inflamada, pero el hielo está haciendo gran trabajo para bajar la inflamación.

Reconozco que mi cabeza de vez en cuando me juega malas pasadas. En ocasiones no me centro en los pequeños pasos de ahora y viajo a unas semanas más allá, especialmente al día en el que tenga que empezar a darle flexión a mi rodilla. Temo las adherencias que pueda haber.

Empezaré a flexionar la rodilla, luego a apoyarla, la trabajaré en la piscina, llegaré a pedalear en la bici… Conozco los pasos, pero no pienso en los tiempos. Tampoco en esa fecha que debería de rondarme de forma constante por la cabeza que es: ¿Cuándo podré empezar a trotar? No lo sé, solo sé que llegará.

Aprovecho este pequeño espacio para daros las gracias a todos. Sé que me decís que una sonrisa siempre me acompaña y, siendo realistas, no puede estar siempre presente. Pero os aseguro que pensar en todo el cariño que he recibido estos días hace que no me olvide de ella. ¿Veis? Ahora mismo, estoy con ella puesta, sonriendo. 🙂 Por supuesto, Rocky siempre me acompaña.

  • ArtFer dice:

    Mucho ánimo, Gema!!
    Paso a paso y todo ira bien!!

  • Richard dice:

    Eres molt gran amiga,eres forta ets tots els aspectes..seguim i amb eixa actitut que tens me lleve el sombrero amb tú carinyet!!! Una firta abraçada!!!

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