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Nos hemos vuelto exquisitos. Lo sé. Hace años nos valía cualquier malla para salir a correr, incluso un pantalón de chándal y ahora la siguiente pregunta resulta ser habitual: ¿Qué tipo de malla me compro para correr?
Ahora que estamos en confinamiento y de poner más lavadoras de ropa de entreno que de calle —este es mi caso— toca sudar las mallas, en casa y… analizarlas. Vuelvo a ponérmelas… esas mallas que utilizaba para practicar running en el exterior, pero que ahora tengo que conformarme con llevarlas entre cuatro paredes, aunque muy pronto esto cambiará. Estos días vuelvo a ellas para describir cuáles son las cualidades que tengo en cuenta a la hora escoger un modelo u otro para correr, así como las diferentes opciones que hoy día nos ofrecen las marcas.
El primer paso que di fue preguntar en mi perfil de Instagram las dudas y/o inquietudes sobre este tema. Ante tal buena aceptación por saber sobre ello, enumeré qué elementos, cualidades y tejidos puede contemplar una malla de running y finalmente pasé a seleccionar aquellos modelos con los que podía ejemplificar las necesidades planteadas. Subrayo, siempre aportando mi punto de vista, en base a mi experiencia tras probarlos.
Qué tengo en cuenta cuando compro una malla para correr
- ¿PONE RUNNING? Mi primera maniobra, algo que parece obvio, pero es que a veces dejamos de leer. Si estoy en una tienda busco la sección de running y no empiezo a mirar una malla de otro lado porque me ha llamado la atención. Si en las tiendas las prendas están clasificadas por secciones, será por algo ¿no? Una vez en el lineal de running y ante una posible malla apta, miro su etiqueta, debería de especificar que el modelo está diseñado para correr.
En el caso de que mi compra sea online, intento segmentar mi búsqueda por deporte, en este caso, selecciono running. Entiendo que la prenda está bien categorizada, pero no por eso dejo de leer en su descripción y comprobar que la malla está diseñada para su práctica.
- TEJIDOS: Existen diferentes tipos de tejidos que se emplean en una malla de running, no todos están presentes en ella y en la etiqueta o descripción del producto debería de especificarlo. Podemos encontrar:
- DE COMPRESIÓN (también llamada ‘segunda piel’): Pueden ser de compresión diferencial (suelen disponer de zonas localizadas donde se ejerce una mayor compresión) y de compresión uniforme, incluso, si profundizase un poco más, también existe la compresión de ultrafondo o específica para trail.
- CON TECNOLOGÍA QUE… absorbe y evacúa el sudor y la humedad. Este tejido, diría que es el protagonista entre las mallas que podemos encontrar en el mercado. Aquí cada firma llama a esta tecnología de un modo como Dri-Fit de Nike, Climacool de Adidas, HEATGEAR de Under Armour, D-Dry de Asics… y su evolución en cuanto a este tipo de tecnología nos descubre cada temporada nuevos avances y con ellos, nueva terminología, según qué marca.
- TÉRMICAS O TERMORREGULABLES: Suelen tener un tejido mas grueso en las zonas que se requiere de un mayor aislamiento, combinadas de un tejido más fino para las zonas que demandan de un mayor ajuste. También podemos encontrar aquellas que en su interior están revestidas en su totalidad de un tejido más grueso.
- CON PROTECCIÓN, tejido que nos protege del sol. Sería recomendable mirar que una malla cumple con este requisito cuando vamos a correr largas distancias o tenemos la piel sensible.
- LONGITUD. Cortas, largas (entrepierna ~70cm), crop (entrepierna ~60cm) y capris o piratas (entrepierna ~50cm). Aquí entra mucho en juego el uso de una longitud u otra según temporada, pero la comodidad de cada uno cobra, si cabe, más protagonismo.
- BOLSILLO: Pequeños bolsillos internos delanteros o traseros. Existen las mallas que cuentan con bolsillos en los laterales de la pierna. Si no tiene bolsillo… también podemos estar ante una malla para correr.
- CINTURA: De cintura alta compresiva o baja, con el ajuste necesario para que no se nos baje.
- COSTURAS: Costuras planas, fundamental para evitar rozaduras.
- ELEMENTOS REFLECTANTES: Para cuando salimos a correr con poca luz, es fundamental.
¿Con qué me quedo de una malla para correr?
- Mallas largas – crop: Suelo tener el siguiente problema. Tengo las piernas largas, por lo que puedo encontrarme con que una malla larga, para mí termine siendo una crop. En invierno y especialmente cuando hace frío, busco ponerme una larga y el resto de días opto por las crop. ¿La razón? Porque al mostrar los tobillos, a nivel de imagen, proyectamos más dinamismo, según me enseñó mi amiga y compañera Elena Sanz, Asesora de Imagen.
- Tejido: Me decanto por dos campos. Si escojo una compresiva, entiendo que no voy a tener problemas de sujeción (raramente tendré que recurrir a los molestos tirones). Eso sí, para mí es muy importante que la cintura no me oprima. La segunda opción son las mallas con la tecnicidad más presente en el mercado (tecnología que absorbe y evacúa el sudor y la humedad), aunque aquí miro muy bien otros aspectos para asegurarme que correré cómoda con ellas: talla (que me acople bien—suelo saltar, hacer el gesto de correr, cuando me la pruebo— para evitar los molestos tirones, la cintura para que no me oprima y las costuras, que sean planas para no lamentar rozaduras.
Siguiendo con el tejido, solo cuando hace mucho frío recurro a unas mallas térmicas o más gruesas, pero dado que vivo en Valencia suelo evitarlas, pues paso calor con ellas.
Comparto un vídeo que quizá os ayude:
Respondo a vuestras consultas
Paso a responder las dudas que me lanzasteis en Instagram:
- Que haga mucho frio. Lo que he comentado anteriormente. Este tema depende mucho de la zona donde salgamos a correr. Yo suelo tener en mi armario un par de mallas térmicas para días de más frío o posibles viajes a lugares con temperaturas más bajas.
- A mí personalmente me gustan cortas que sean compresivas y sobre todo cómodas. Lo dicho, aquí entra en juego la comodidad de cada uno y por tu comentario, veo que con las compresivas sabes que ya se van a adaptar a ti y correrás cómodo/a.
- Dónde debe llegar, a la cintura o más arriba. Ambas opciones son válidas, lo importante es que la cintura se adapte y no oprima en exceso. Esta es mi opinión: las que suelen funcionar muy bien son las mallas que llegan a la cintura, pero con la goma más ancha y si podemos pedir, sin costuras, pues tienden a oprimir menos y sujetan de manera óptima. Personalmente, para correr tiendo a no escoger mallas que pasen de la cintura porque suelo sentirme un poco oprimida (evito usar de este tipo cuando estoy con la menstruación, siento mucha presión).
- Qué resalte en la cámara. Aquí creo que deberíamos entrar en el terreno del color y no es una tontería. Según nuestra fisionomía y color de piel nos favorecen más unos colores que otros.
- Que aprieten en exceso. Es importante que te las pruebes, saltes, hagas el gesto de correr y si notas que te ajustan en exceso revisa si quizá deberías usar una talla más o busca otro tipo de tejido. Es importante que ajusten, pero la malla debe de acompañarte en tu carrera, en cada zancada. Si te refieres a que te aprietan en exceso en la zona de la cintura, evitar las cinturas altas.
- Cortas o largas. Aquí entra en juego la mágica palabra ‘depende’. En mi caso, largas casi todo el año y cortas cuando empieza a hacer calor y en las carreras. Cuando comienzo a sudar en exceso, mis piernas me piden ¡libertad!
- Que no transparente. Estira el tejido y si ya vislumbras posibles transparencias, fuera. Si una malla que dice que está destinada para running transparenta no es de buena calidad.
- Que te ajusten bien la cintura. Odio que se queden sueltas del tiro o se suelten mientras corro. Creo que a esto ya he ido respondiendo a lo largo del artículo. En el vídeo os he mostrado modelos de mallas de diferentes marcas que a mí me funcionan y veréis que no se trata tanto de la marca, sino del modelo. Sí o sí que sea una malla de running, no uses mallas de fitness o yoga para correr, porque se te caerán cuando empieces a correr.
- Es mejor que queden apretadas de piernas. De tripa no que me ahogo. Así es, que se amolden a nuestro cuerpo, que recojan las nalgas, pero sin sentir que nos oprimen. Por supuesto la tripa… creo que en tu caso no serás de cinturas altas.
- Material y soporte de mallas (tengo piernas anchas). Las mallas de compresión diferencial disponen de zonas localizadas donde se ejerce una mayor compresión y la zona de las nalgas suele ser una de ellas. También puedes encontrar en el mercado tejidos que indican que ejercen un efecto moldeador y tienden a oprimir más la zona de las nalgas y del glúteo, aunque este tipo es muy importante que te las pruebes para comprobar que no te aprietan en exceso.
- Si son de chico, importante que no aprieten donde toca. Me encantaría ayudarte en este tema, pero veo lógico que no tengáis presión excesiva en esa zona. Si tienes modelos que recomiendas para hombre sobre esto, puedes dejarlos escritos en comentarios.
- Mallas que recojan bien para que no se muevan mucho, ni muslos ni caderas. Las mallas diseñadas para correr deberían de cumplir con esos requisitos, aunque sí es cierto que las compresivas se focalizan más en este aspecto.
- ¿Me hará un ‘culillo’ respingón? Hay modelos que pueden ayudarnos a que visualmente se vea nuestro glúteo un poco más respingón, como los modelos que indican que ejercen un efecto moldeador, aunque soy un poco escéptica con este tipo porque tienden a oprimir en exceso.
- ¿Por qué usáis mallas largas aunque haga calor? Cada una somos un mundo, pero personalmente me gusta correr con leggings, estéticamente estilizan mucho la figura. Eso sí, cuando hace mucho calor no soy capaz de enfundarme en unos.