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El buen tiempo invita a dejar un poco de lado el asfalto y compaginar los entrenamientos con salidas por la playa. En mi caso, tuve dudas de cuáles son sus beneficios, por ello, tras consultar a mi entrenador Haruki Shiraishi, os acerco algunos consejos que debéis tener presente si os lanzáis a sumar kilómetros por la playa.
- No olvides la protección solar. Protégete del sol, en formato crema y textil. Cuando apliques
la crema protectora, sé generoso. Si usas spray, no te limites solo a rociarlo, asegúrate de
que no te dejas ningún espacio sin cubrir. En cuanto al textil, no olvides llevar una gorra,
con ella te protegerás de los rayos del sol, además favorece la evaporación del calor
corporal por la cabeza. - Empieza andando para acostumbrar tus articulaciones al nuevo terreno. No te lances a la
carrera nada más pisar la arena. - Si es la primera vez que corres, combina tu entreno con parte andando y otra corriendo.
Como me aconsejó mi entrenador, es preferible que “el intervalo de andar sea superior al
de correr”. - Corre por la zona húmeda. Es preferible que acumules tus kilómetros por la zona húmeda y
que no los hagas en un solo sentido, así no sobrecargarás las articulaciones del lado más
cercano a la orilla debido a la ligera inclinación. - Entrena con zapatillas. Puedes empezar tu entreno andando sin las zapatillas, pero cuando
empieces a correr, mejor póntelas. Con ellas tendrás más estabilidad, además de evitar
algún percance, por lo que puedas encontrarte en la arena. - No corras a alta intensidad. Si corres a una intensidad elevada, no podrás controlar la
pisada, corres el riesgo de tener alguna torcedura de tobillo y un posterior esguince.
Por supuesto, mi entrenador ya me advirtió de que si existe algún tipo de lesión o molestia mejor
descartar la opción de correr por la playa, solo andar o trotar muy ligeramente. La playa no es una
superficie estable, puede ser una trampa para las articulaciones.
